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Thursday, January 13, 2011

.:Prefaxious:.

Tengo una gran torpeza manual y lo deploro. Me sentiria mejor si mis manos supiesen trabajar. Manos capaces de hacer algo util, de sumergirse en las profundidades del ser y alumbrar en el un manantial de bondad y paz. Mi padrastro (al que llamare mi padre, pues el me educo) era obrero sastre. Era un alma vigorosa, un espiritu realmente mensajero. Decia a veces, sonriendo, que el primer fallo de los clerigos se produjo el dia en que uno de ellos represento a un angel con alas: hay que subir al cielo con las manos.

-Louis Pauwels

Saturday, April 24, 2010

.:Ya.todos.duermen:.

La conversación en la habitación contigua, donde descansan Raciel, Yuel y Karyel, ha cesado. Todos duermen profundamente y Jeciel descansa plenamente… Todo esta en blanco, no hay sonido, no hay movimiento, no hay sensaciones, todo esta en blanco.


Al parpadear los sentidos regresan poco a poco, te sientes flotar, el plano blanco frente a ti empieza a destellar de manera aleatoria.


Entrecierras los ojos para agudizar tu vista, algo pasa frente a ti, pero los destellos no te permiten distinguir.


Tu visión se amplia y puedes ver mas objetos moviéndose finamente y cambiando de dirección abruptamente frente a la luz.



Ahora lo entiendes, estas bajo el agua, son peces nadando en el agua clara. El sol brilla sobre la superficie y tú te sumerges cada vez más.


Bajas lentamente expandiendo así tu perspectiva mientras el banco de peces nada a tu alrededor ignorando tu presencia por completo.


Tu cuerpo que había estado sobre su espalda todo este tiempo empieza a rotarse permitiéndote ver lo que hay frente a ti.


El banco de peces ahora esta sobre ti, ya no hay mas peces a tu alrededor, y flotas no mas. Algo detiene a los peces sobre ti… Te encuentras dentro de un túnel bajo el agua, las paredes son transparentes y te permiten ver la vida bajo las aguas


Frente a ti el túnel da vuelta, hay 4 personas sosteniendo bandejas con comida. Caminas hacia ellas, pero permanecen inmóviles. Al final del túnel hay una puerta de madera que contrasta con el ambiente marino.


Caminas hacia la puerta y la abres hacia afuera, el interior es un cuarto con pisos, paredes y techo de madera. Las paredes tienen repisas de un lado a otro repletas de libros. Al centro de la habitación hay un joven sentado frente a una mesa concentrado arduamente en sus libros ignora tu presencia.

Volteas hacia atras para corroborar que estas al final de un túnel bajo el agua... ya no mas. Ahora te encuentras a mitad de un pasillo horizontal de madera y frente a esa habitación repleta de libros. El joven de cabello corto y castaño claro se rasca la cabeza con el bolígrafo que lleva en la mano en confusión. Intentas llamar su atención, pero como con las personas del túnel acuático no tiene efecto alguno, es como si no estuvieras ahí. Entras a la habitación intentando acercarte al joven pero no importa cuanto caminas siempre quedas a 5 pasos de el. Intentas flanquearlo para poder ver su rostro pero no importa que dirección tomes siempre esta de espaldas. Caminas varias veces en círculo y el joven y la mesa con libros gira a la par tuya.

Después de las vueltas que has dado a la habitación, el joven aun se encuentra leyendo al centro de la habitación y pasando al joven puedes ver la puerta por donde entraste. Alguien más entra por la puerta, un hombre con el pecho descubierto. Puedes ver la pereza en sus músculos flácidos y en la grasa acumulada a sus costados y la ira en las heridas que lleva sobre su pecho, que sangran y manchan el faldón marrón que lo cubre hasta los pies… - pereza e ira… dos veces pecador. - Susurra una voz varonil. El hombre parece gritar iracundo pero ningún sonido sale de su boca, al principio crees que le habla al muchacho, pero no es así. El joven sigue concentrado en sus estudios y el hombre parece regañar a gritos a algo frente a el. Intentas leer su labios pero te es imposible, voltea su mirada a la pared que esta a tu izquierda y grita en silencio y hace ademanes como si estuviera corriendo a alguien de la habitación. Regresa su mirada al frente y mueve sus labios en lo que parece una amenaza lo único que logras leer en sus labios es "racial".

Los libros caen de las repisas, algunos son inclusive arrojados y terminan regados por todo el piso. El hombre ya no esta, el candelabro del techo se balancea de un lado a otro, el chico continúa estudiando. Uno de los libros cae a tus pies y se abre mostrando las ilustraciones de la galería en la que atravesaron el mar. Te incas y comienzas a hojearlo. Reconoces que es tu letra y las primeras páginas son las bitácoras que has escrito hasta ahora. La mayor parte del libro esta en blanco a no ser por algunas ilustraciones, una de ellas muestra los planos de una casa sobre un árbol y explica detalladamente el funcionamiento de un elevador por poleas para subir a tal casa, otra muestra la fachada de una gran mansión con varias torres, balcones y cúpulas sobre las cuales se ven estatuas de hombres y mujeres al desnudo, varios niveles de escaleras para llegar a la entrada principal con estatuas de unicornios, grifos y dragones resguardando cada nivel.

El joven en cámara lenta se pone de pie y empieza a voltear hacia ti, por fin podrás ver su rostro, mientras el se mueve lentamente dejando una estela de su posición anterior, el candelabro cae dramáticamente y la habitación se vuelve tinieblas. El fuego del candelabro se expande por la madera rápidamente encerrándote en un círculo. No hay libro en tus manos, no hay madera bajo tus pies, ya no estas en la habitación... -Ángel!! Ángel!! Engel!! ENGEL!!- Grita alguien a tu espalda, giras rápidamente y vez a un hombre en bata negra apuntándote y con expresión de asombro y terror en su rostro. El hombre en bata retrocede y se tropieza con una silla tras el, cayendo sobre una mesa con frascos, matraces, y amuletos.

Parece que estas dentro de la madriguera de algún hereje. - Eso responde a tu pregunta, ella es quien viene, ella es quien trae tu muerte… - Dice la voz de una mujer en español. El círculo de fuego, encierra a una estrella de 8 picos dibujada en el suelo, en cada pico, una vela. Al tornarte para buscar de donde viene esa voz femenina las velas expelen una gran cantidad de humo negro y nublan tu vista. El humo se aclara lentamente y te ves a la orilla de una barca y a lo lejos el joven de la habitación parado de espaldas en el muelle, te alejas en la barca hasta que pierdes de vista al joven quien es devorado por una neblina grisácea.

Giras a la derecha, el sol brilla, el prado en el que te encuentras es verde y a unos pasos de ti pasa un arroyo de agua clara. Un ciervo bebe del arroyo, se percata que lo observas, te ve a los ojos, levanta las orejas y huye. Subes tu mirada al cielo azul y una nube blanca como algodón se posa sobre ti… Todo esta en blanco, no hay sonido, no hay movimiento, no hay sensaciones, todo esta en blanco. Todos duermen profundamente y Jeciel descansa plenamente…

Monday, April 06, 2009

.:Consagración.de.los.Engel:.

Habían pasado la noche completa con sus alas extendidas sobre el duro y frío mármol del piso de la catedral de San Pedro. Era una compañía angelical (fellowship) integrada por cinco Engel y había al menos una docena de compañías más postradas bajo las enormes cúpulas de la catedral. Durante el crepúsculo la compañía se había acostado ahí, solo la punta de sus alas se tocaban formando un circulo. Desde entonces, no se han movido.

No tantas compañías solían ser reunidas para la consagración. Una ramielita se preguntaba, ¿Por qué habían hecho una excepción en esta ocasión? El Raphaelit había visto al Michaelit un par de veces durante su entrenamiento, pero no conocía a ningún otro Engel.

Aunque se encontraban uno junto al otro, ningún Engel podía verse entre sí. Todos meditaban profundamente o al menos eso parecía. La Ramielita se preguntaba si las mentes de los demás se cuestionaban tanto como la de ella y si el Michaelita era capaz de notarlo, pues ella sabia que los Michaelitas eran capaces de crear un enlace mental entre los Engel de una compañía, inclusive había escuchando la voz de un Michaelita en su cabeza y le habían dicho que ellos podían leer la mente de otros.

Cuando los Templares abrieron las puertas después de la larga noche, y el alba entro al salón, todos los Engel presentes se sintieron aliviados. La Gabrielita no necesitaba el don telepático de los Michaelitas para darse cuenta que aunque todos habían meditado anteriormente con regularidad, ninguno estaba acostumbrado a pasar toda la noche en tan incomoda pose. Todos estaban ansiosos, había llegado el día en que el mismísimo Pontifex Maximus Petrus Secundus los proclamaría verdaderos Engel del Señor. Ninguno de ellos había visto al Papa antes, que aunque lucia como tan solo un niño de 10 años, todos sabían de su casi infinito poder.

Dos templares en blancos atavíos los dirigieron a la gran plaza frente a la deslumbrante catedral de San Pedro. Gradas erigidas la noche anterior, ahora se quejaban bajo el peso de la gente reunida que los esperaba, en las orillas ondeaban estandartes con los colores e insignias de las Órdenes Angelicales estirando sus puntas hacía los Engel marchantes; como aspirando tocar la punta de sus alas.

Todos los Engel reunidos se formaron bajo el balcón que contenía el trono del Pontifex. El trono era blanco, decorado con oro que por doquier revelaba un brillo fuera de este mundo. El trono bien se podría perder en medio de todo el esplendor que le rodeaba, a no ser porque el Pontifex Maximus Petrus Secundus se había sentado en él y ahora toda la atención se centraba en él. Ese hermoso y escalofriante niño; que tan solemnemente se había sentado con sus pies descalzos y vistiendo un simple camisón blanco, tan importante; que se encontraba rodeado por Cardenales y Armatura. Su porte intelectual se interrumpió para fijar sus ojos al vació al escuchar los cánticos de la multitud.

Al término del Salmo levantó una mano y reinó el silencio. Pontifex Maximus Petrus Secundus se levanto y avanzo a la orilla del balcón con un par de ligeros pasos sin decir una palabra contempló a las compañías arrodilladas ante él. Al hablar, pronuncio el nombre de cada Engel presente glorificándole con bendiciones de siglos de antigüedad. -"Y vino una voz de los cielos que decía: Tu eres mi Hijo Amado; en ti tengo complacencia." - Uno tras otro, los Engel se levantaban para recibir su primer votive-cloth con la benediccion del Pontifex Maximus y de las manos de Monacos justo antes de abrir vuelo hacia los cielos.

Cuando el Pontifex vio al Michaelita y pronuncio su nombre, el corazón de Raciel se hundió por un momento. ¿Seria digno de la confianza que el Pontifex y esta gente habían depositado en él? Sin percatarse el Michaelita se encontraba ya de pie mientras el Monaco ataba la votive-cloth a su brazo izquierdo. Ahora, solo tenía que extender sus alas y dejarse llevar por el momento…

Una vez que todos los Engel habían recibido sus votive-cloth el Pontifex dio la ultima bendición, la cual hizo estremecer las bocinas que se encontraban en los techos de todas las iglesias de Roma Æterna -"Por tanto, id, haced discípulos a todas las regiones bautizándoles en el nombre de Michael, Gabriel, Raphael, Uriel, Sariel, Jeremiel, Ragael y Samael enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amen"-